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Una singular orquesta
de 45 chicos de barrios carenciados de Capital Federal se presentó el pasado
miércoles por la mañana en el Aeroparque Metropolitano en el marco de las
celebraciones por las vísperas de fin de año.
Los intérpretes provienen de los barrios de Lugano y Retiro reunidos por Néstor
Tedesco, músico del Teatro Colón y jefe del proyecto dentro del Programa de
Inclusión Social Orquesta Infantil y Juvenil.
La orquesta tocó desde las 10:30 hasta las 12:30 hs. en el primer piso del
Aeroparque. Eduardo Eurnekian,
presidente de Corporación América, se hizo presente para saludar a los chicos y
disfrutar su música.
El repertorio incluyó tangos y otros ritmos nacionales. Luego de su actuación
los jóvenes artistas participaron de un almuerzo especial con motivo de las
festividades de fin de año.
La iniciativa cuenta con el apoyo de Eduardo
Eurnekian y de la empresa AA2000, la cual donó 100 instrumentos al Programa
para que los chicos puedan continuar con su desarrollo musical.
El lugar para la presentación fue elegido por Aeropuertos Argentina 2000 con
una doble finalidad: por un lado brindar a la orquesta la posibilidad de
exhibirse en un escenario con público diverso y por otro, ofrecer un hermoso
espectáculo a los pasajeros en estas fechas.
Los músicos tienen entre 8 y 17 años, se encuentran en etapa escolar y asisten
a las clases de música para estudiar y perfeccionarse en el uso de diversos
instrumentos tales como violín, viola, violonchelo y contrabajo, entre otros.
El Proyecto Orquesta Infantiles y Juveniles es esencialmente comunitario e
involucra y beneficia al niño, a la familia y al contexto social en el que se
desarrollan.
Comenzó a funcionar en octubre de 1998 con sólo 30 chicos. A partir de ese
momento una gran cantidad de niños y niñas de zonas históricamente postergadas,
han podido descubrir el fascinante mundo de la música. Así pues, esta actividad
formativa refleja importantes modificaciones en la conducta, que pueden
relevarse en un amplio abanico que va desde el rendimiento escolar hasta las
sonrisas cotidianas. Hoy participan 1.662 chicos, distribuidos en 11 sedes
donde se forman y ensayan 17 orquestas.
Además contempla dos aspectos básicos: la experiencia formativa inicial apunta,
por un lado, a lo social, pues involucra tanto el aspecto específico que la
música contiene como el desarrollo de la capacidad de trabajar con símbolos,
valores abstractos como el sonido, su gratificación, la solidaridad, la atención
necesaria hacia otros y el sincronismo en la actuación grupal. Por otro lado,
atiende el desarrollo específico en la enseñanza musical, con el objetivo de
comenzar a “tocar un instrumento junto a otros”, “aprender junto a otros”. La
orquesta opera como generadora del conocimiento colectivo individual.
Este proyecto permite a los niños ser protagonistas en un espacio de
reconocimiento social. También les ofrece la oportunidad y los medios
alternativos para apropiarse y fortalecer valores y hábitos solidarios de
convivencia que faciliten su aprendizaje y su inserción social.